Te espero en Karluv Most. Así, sin prisas ni joderes. Pero que se te atragante el tranvía de las ganas. Te espero allí, te bailo un acordeón y te busco en las luces del Moldava. Así que vente. Vente, que no es esta ciudad de trajes ni de tacones. Vente y que te pille el frío, para desvestirlo juntos en el verde de sus alturas. Vente y báñate en la nieve de diciembre y en la Studenska pivo cerveza de mis carcajadas. Vente ahora; que de cogernos, mejor que sea de madrugada.
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