domingo, 4 de diciembre de 2011

Lonxe do lar

Voltan ao solpor e comezo a tremer, mentras os riscos avermellados tinguen de saudade o ceo. Nese intre meto o pucho ate os orellas, seica é por iso de quecer a ialma, e aperto forte, mesmo forte, coa vontade de asegurar o onte. Porque por veces perdo o norte, bebedora eu do mar das brúxulas e dos mariñeiros, e aférrome ás verbas do meu caderno que falan de areias e gargalladas. A distancia apégase e expállase coma a tuberculose na terra das meigas, pois son xa raís en demasía para unha nómada de entretempo. Disque “é cuestión de acostumar o corpo, neniña” Pero, se o bater asubía, fala e despois berra, ¿non debería fuxir cara ao mar como aveza o sol, cando fai das illas Cíes o seu berce?

viernes, 11 de noviembre de 2011

Nuestra derrota

Aquella madrugada,
Madrid era isla, oasis y cobijo.
Nido de pretéritos oxidados
y de pulsiones de intestinos.

El mar se enredaba entre nosotros.
Transeúntes nómadas de soportales
que acorazados, a golpe de aliento,
susurrábamos desde la mirada
con heridos rasgos norteños.

Del esbozo al arañazo.
En el fondo del quinto tercio de cerveza
perdí mi falda,
al tiempo que vi morir mis miedos.

Y, ahora,
tras el reflejo del carmín desconchado
preguntas:
¿quién mejor que vos para despeinar la sonrisa?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Pirometría

Agárrame por dentro y hazme gritar.

Arrópame con tu pecho, mientras aulle el ocaso.

Déjame volar.

Y si el cielo quema, no temas.

Porque a mis alas, cuando arden, les da por incendiar.



En sus cenizas, también te echará de menos.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Camila

vestía sus heridas con carmín bermellón. “Con más vida que el rojo” decía mientras recorría sus cicatrices, hábito que se prolongaba más allá de tres octubres. Primero las yemas de sus dedos redescubrían el rastro de aquellas balas que pasaron rozando y posteriormente bordeaban, siempre en sentido circular, las marcas de aquellas que hicieron de su cuerpo diana. Entraba así en un estado de embriaguez de los sentidos que veía su fin en el llanto y en el grito agudo. Tras esto cerraba los ojos y tras acompasar su latir, trazaba sobre el epicentro de la angustia una línea con su lápiz de labios. Decía que así fortalecía su espíritu al tiempo que emulaba a aquellas tribus indígenas que no conocen el término rendirse. Esta costumbre inherente ya a todo despertar tenía nombre: reconocimiento del miedo. Sin embargo, el remedio… ni ella misma lo intuía.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Las palabras se le quedaban pequeñas


(...)Se fue porque decía que ella no lo quería.
Lástima que no supiese que para ella querer era besarlo mientras dormía.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Lusitana.

A mí las prisas me dan vértigo y más cuando las manecillas se paran y son ignoradas. El reloj de la estación Terreiro do Paço hacía diez minutos que marcaba las seis y diez pero en la Praça do Comercio la calma no hallaba morada. Los turistas gritaban, corrían pero jamás miraban -¡maldita locura la del viajero de cámara y mapa!- hacia esa ciudad que redescubre su alma entre paredes desconchadas. Carcomidas las murallas de sus casas dan testimonio de su historia actual en una Europa que se asfixia en manos de un sistema arcaico y obsoleto. La voz que invita a la okupación, “Aquí podia viver gente”, y la queja del olvidado, “Quem trabalha nao receve”, aúnan con los acordes del fado portugués y con el vuelo impávido de tres golondrinas en una perpendicular a la rua Augusta. Porque todavía hoy, sus aceras desgastadas emanan vida en una espiral de música, acentos y poesía; aquí, donde me quedo contigo brindando por el arte luso entre pastéis de nata y acordes de Pedro Abrunhosa. A media tarde, cuando sus calles se vacían, las palabras de la mujer de las flores me invitan a recorrer la Praça Dom Pedro IV. “Um cravo, faz favor.” Y sonríe y sonrío dirección Alfama. Donde he aprendido a encontrarme entre el laberinto de sus calles y sus patios floridos; y a sentir con las yemas al rozar las ropas que adornan sus paredes. A mirar a los ojos lejos de la austeridad del minutero, a perder la venda que ciega al turista y después desnuda... a vivir Lisboa.

- Que horas são?- Pregunto.
- As seis e dez.

jueves, 4 de agosto de 2011

Tolosa

Con las botas embarradas y con las uñas gastadas de agarrar momentos te recibe la ría tras once horas entre raíles que se quedan cortas anegadas de recuerdos. La mirada atrás recorre el camino hecho y se detiene allí, donde la lejía tiene sabor a cerveza. Allí, donde rasgamos la voz estallando en carcajadas.
Las piernas hoy tiran menos que ayer pero los lazos creados no hacen más que anudarse entre lo retales de esta historia. Un factor común, llámalo Tolosa, sed de ruta o destino, hizo de nosotros familia y ahora como enemigos de lo efímero nos resta recordar hasta la próxima parada.
Porque más que raro, parafraseando con descaro a Sabina, intenso fue aquel verano que no dejó de llover.


Eskerrik asko.

viernes, 24 de junio de 2011

Madrid, ciudad de alientos.


“Carmen, que bonito es encontrarnos aquí después de tanto tiempo.” De madrugada, en plena Gran Vía, en una manifestación improvisada dos jóvenes de espíritu se redescubren. La mirada atrás y la sonrisa cómplice. En días grises plagados de caballos se agarraron por dentro y en este mayo español juntos reavivan la llama. La fuerza que desprenden todavía quema mientras sus sueños arden ahuyentando al miedo.

martes, 12 de abril de 2011

Camarada

Juventud como sinónimo de empuje, fuerza y pasión; alega Germán Carrasco, antiguo militante de la JSU. La memoria, la humanidad y los sueños simulan haber encontrado finalmente hueco en la Universidad animando a los jóvenes a dirigir las riendas y a atestar las calles. Los ecos de los gritos del pasado 7 de abril toman fuerza y son escuchados mientras que en la c/ Atocha se lee sin miedo "La barricada cierra la calle pero abre el camino." De fondo, Mayo del 68 resuena cada vez más alto al tiempo que la prensa dirige su mirada hacia 300 jóvenes "delincuentes" que han cortado el tráfico en el Paseo del Prado. Acusados de falta de civismo, acusan falta de moral y ética en una política que los ignora, los oprime y los ahoga. Un futuro precario le espera a la generación más preparada de la historia, la cual todavía no ha conseguido desprenderse de las numerosas etiquetas que favorecen el descrédito. No somos botellón, ni irresponsabilidad, ni indiferencia. Tenemos ideales y valores y es hora de demostrarlo. Toca actuar.


7 de abril 2011. Frente al Reina Sofía, Madrid. (María de Castro.)

jueves, 31 de marzo de 2011

Ocaso

Música y recuerdos, mientras que el Sol se esconde en Moncloa. Durante el atardecer, entre el día y la noche, entre lo real y los sueños. Los últimos rayos, llenos de sonrisas, celebran la victoria de un día repleto de aire libre y vida. Y... ¿qué nos depara la noche?, preguntas. Bailar salsa en la calle mientras Lavapiés respira. Saltar sobre los versos de Larra y sentarse entre acordes en un banco en Ópera. Sentirlos, sentirnos mientras el aire despeina y reafirma el espíritu. Eduardo Galeano invita a caminar, al tiempo que el ayer acecha y evoca al arrojo de aquellos jóvenes antifascistas. "Dirás que soy un soñador, pero no soy el único", recuerda Rubén Darío en la calle del Olmo. Sin embargo, los ecos de revolución mueren antes de ser escuchados. De pronto, tú te niegas, te levantas y huyes diciéndole adiós al conformismo y a la pasividad. "Leer un poema en la plaza, darles voz a los ignorados, quemar la vida... ", escribes en EL cuaderno rojo. "Como único equipaje mi cámara y mi diario."


Sed de ruta y ganas de VIVIR.

domingo, 20 de marzo de 2011

No es literatura. Sólo un desahogo.

- ¿Sabes? Aquí hay algo que no está bien. No sé que es exactamente pero no está bien. Le pregunto a la cordura, a la coherencia y al sentido y todos parecen ignorarme. Indiferencia como respuesta a todas mis cuestiones. ¿Qué ocurre? ¿Se trata de miedo? ¿Miedo a qué? No. No busques ni indagues. No sigo ninguna estrategia para ganar el juego y no anhelo desnudarte para vencer. ¿Mi arma hoy? Humildad como único escudo. Porque harta de no entender nada me he propuesto averiguar y toda postura es bienvenida. ¿Ves esa casa? Es el punto donde convergen la música, la voz de denuncia, el teatro, la poesía y el deseo de un mañana mejor. Y... ¿sabes qué sucede? Que es ilegal. Tres metros más atrás, en Antón Martín, el Samur pregunta si el enfermo en cuestión tiene pinta de vagabundo. De esa respuesta depende la atención sanitaria que [no] va a recibir. De la ambulancia nadie sabe nada. La población Saharaui, pueblo no reconocido por ningún país europeo, se desangra y tras 35 años de lucha por la vía legal empieza a plantearse la guerra como única opción. Mientras tanto, Francia apoya a Marruecos y España se compromete a enviar tropas a Libia. Sí, a Libia, al mismo país que armó. En Tirso de Molina, dos guitarras como banda sonora despiertan a la sonrisa. ¿Cuánto tiempo tendremos para disfrutarlas? ¿Dónde quedó la libertad de expresión? Nosotros somos música, ¿cómo negarnos a nosotros mismos? Cada latido, cada paso, ¿qué es sino ritmo? Nuestras palabras, ¿qué son sino versos? Las decisiones son del pueblo pero la calle es silenciada sin voz ni sitios donde encontrarse. ¿Qué está pasando? - ... - Yo creía en los derechos y en la libertad.

jueves, 13 de enero de 2011

Cuando en Madrid la lluvia nace, Fritz Lang reaparece. Tonos grises. Superado el miedo a la cámara se evita el reflejo en el otro. Ellos. Los mismos que se mojan mientras yo siento la lluvia. Bob, gracias por el guiño. Continuar. Correr sin prisa. Huir de nada. Tribunal. Malasaña. Acordes de soportales y poemas de madrugada. Ríe. Salta. Baila. Libérate, partidario del escapismo de Frankfurt. Política. Literatura. Un par de cervezas y Antonio Vega. Por cada portal una canción. ¿Nuestra meta? Un buenos días con sonrisa. ¿Qué quieres? ¿Qué buscas? Explotar en carcajadas. Llorar de emoción. Caer de pleno en el amor. Las calles, ahora, cómplices de pasión. La voz de la Dama Blanca nos inspira. Blues. Luego, Jazz. Rock and roll. Sexo. ¿Aquí? ¿Ahora? ¡Por qué no! Amar no es delito y yo odio esconderme. Revolcón entre sueños, estrellas y olor a hierba. Amaneceres dulces, en el calor de tu cama.
- No te echaré de menos porque tampoco te dejaré de sentir.

Sobre su mesilla antes de irme una nota: “Hay nieve, hay fuego, hay deseos allí donde me recreo.” Por el amor implícito. Porque ellos, de tanto hablar, olvidaron su grandiosidad.