martes, 19 de marzo de 2013

Me gustaría escribir fuerte

Me gustaría escribir fuerte,
que no en mayúsculas.
Dejar la mina del lápiz únicamente,
para simbolismos y retóricas.
Decir, por ejemplo,
el carboncillo que te grita
es el lecho en el que mueres,
los despojos del derrumbe
y el dolor de tus pulmones.
Agarrar la tinta y todas sus edades
y afianzarme, así,
en la perennidad de las voces que te hablan
y del léxico que te nace.
Y, sin embargo,
me pierdo en la boca de la catarsis.
Yo que ni sé hilvanar
naranjas con ventrículos
ni ventrículos con pulsiones.
Que lloran más las paredes de mi cuarto
y que se hacen lago en las marismas de lo húmedo.
Mientras la cama está tan seca,
la voz tan limpia
y mis manos...
tan hartas.

(De la colección "Yo nunca recité porque soy una pringui").

Después del luego

Se hizo de noche
cuando te fuiste.
Te fuiste,
y, luego,
se hizo de noche.
Me tocaste
y reí.
Aunque, tal vez, reí
y sólo luego me tocaste.
En realidad, no lo sé.
Me rozaste y
yo invertí el sujeto.
Entonces, te rocé,
y, luego, nos tocamos.
“Mira,
se ríen y se tocan,
como si se les escapase
el orgasmo de las manos.”
Y es que luego,
y sólo luego,
inquietos
callamos el beso.
Soy más postal que fotografía


Praga, República Checa (octubre, 2012)

jueves, 7 de marzo de 2013

La fortaleza del plural

No es vuelo asmático. 
Tampoco cuatro paredes. 
Ni tapiado y sin ventanas.
No es dosis de gasolina
y alas quemadas.
Es giro impávido,
errático 
y drástico. 
Es roce tántrico,
sistemático
y romántico. 
Es giro, 
es roce
y es río. 
En la sonrisa 
y en los fluidos.  
Es perder los miedos
a quemarropa.
Y arder en hoguera, 
allí,
con la boca. 
Es apurar el vértigo,
subirse a la azotea            
y reírse del escéptico.
    
Es callar,                      
sentir y...
       r
    la
vo

(Cuando sumas el plural).

miércoles, 6 de marzo de 2013

Háblame de lo importante

Cuando lo que te tengo que decir,
baila en la holgura de un haiku.