martes, 20 de octubre de 2009

Invierno

Hoy ella también te echó de menos. Lloró. Cada lágrima un pétalo... y finalmente, desnuda añoró tu abrigo. Esperó tu abrazo, tu mano y tu gesto; ahogándose en un mar seco, perdiéndose en las profundidades de lo oscuro. La distancia, el tiempo, dieron lugar a su adiós; la noche llegó, y el olvido venció. Las promesas perdieron fuerza, como el huracán que ahora es brisa... y, ¿ella? Decidió hibernar.


Recuerda, no es a la primavera a quien espera.

viernes, 9 de octubre de 2009

Café caliente, siempre solo, sin azúcar. Mermelada de fresa en la etiqueta. Olor a tortitas recién hechas. El Chocolate en un recipiente rojo. La nata, sin tapa, desnuda, dispuesta sobre una mesa. A su lado, un cuenco vacío.
La pequeña sobre el ocho, la grande sobre el doce. "Pi-pi" y, el sonido se pierde, se ahoga, en la tensión de la atmósfera. La puerta que no se abre, los pasos que no llegan...
Hoy tampoco amanece, él ha decidido marcharse.
-¿Buenos días?
-Por decir algo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Un beso fue su mejor amor.

A ella la conocí dos veces.
La primera, vestía tacones altos, cazadora de cuero y vodka rojo con Neastea. Al verla, la imagen de la pequeña Cory se me vino a la cabeza y, fue ese el motivo por el cual, le pregunté si le gustaba el queso. Cuando me respondió que no, lo supe; esa noche jugaba a ser ella.
La segunda, su flequillo largo impidió que me descubriese mientras uno a uno se iba tomando los chupitos dispuestos sobre la barra. Me acerqué a ella y esperé a que nuestra mirada se encontrase...
-Lo siento, no te conozco.
Susurró y se giró. Fue entonces cuando alcancé su brazo y la acerqué hacia mí.
-Espera, conozco tu nombre.
-No por eso eres quien de conocerme. Hace tiempo que dejé de creer en etiquetas...
Finalmente sonrió.
-Invítate a otra copa, la noche es joven.
Poco después, me encontré sosteniendo una botella de tequila y en la otra, limón y sal. Pensé que debería buscar compañía, compartir y reir. Al salir la vi, en el escalón del portal esperando mi regreso.
-¿Quién eres?
Pregunté.
-Adoro las regalices, las tormentas desde la cama, el tango y las olas. Odio las tardes de domingo, los diminutivos con nombre de pastel y no poder dormir. Si hablo de pasiones, diría música y viajar y... ¿sobre el corazón? Un beso fue mi mejor amor.
Esa noche no jugaba, era fiel asi misma.