miércoles, 9 de noviembre de 2011

Pirometría

Agárrame por dentro y hazme gritar.

Arrópame con tu pecho, mientras aulle el ocaso.

Déjame volar.

Y si el cielo quema, no temas.

Porque a mis alas, cuando arden, les da por incendiar.



En sus cenizas, también te echará de menos.

3 comentarios:

  1. sigo pensando que hay una fallo gramatical en la construcción del cuarto verso, discípula de Quevedo...

    pero te quiero!

    ResponderEliminar
  2. joder, cómo me avergüenzo de las entradas de ese pseudoblog de mi perfil que decidí crear por presión social a pesar de no tener contenido divertido-sentimental-típicobloggero que publicar

    (me adelanto a tus pensamientos, zorrra)

    ResponderEliminar
  3. quería decir 5º verso.

    habrás pensado: tres comentarios, qué guay soy.

    pues no.

    ResponderEliminar