lunes, 2 de noviembre de 2009

Como un círculo.



Versos que saben a amanecer y calles que recorren una historia.
Blanco y negro, así recuerdo el viaje. La nostalgia fiel compañera, presente en cada latido, frío que acecha a la hoguera. En el horizonte la estela de un deseo desafía la oscuridad de aquella noche y... tras la ventana empañada una lágrima decide nacer. Los acordes callan y una nueva melodía me recuerda a ti.
"Olvida a Neruda y demás canciones desesperadas" me aconseja la razón. El corazón no la comprende y... la condena es eterna.
"El amor es un círculo" escribí aquella madrugada, mientras mi cama te echaba en falta; sin principio ni fin, eterno. Temí ese sentimiento, créeme, nunca confié en él. Araña, hiere, ahoga, la morada del verbo amar. Cuerdas que empujan, que asfixian... ¿su cenit? Dolor.
Pero cedí, cerré los ojos y caí presa de la locura... un último aliento y me olvidé de la cordura. Todavía hoy recuerdo amar, amarte. Mientras siento frío, fruto del vacío de un abrazo sin dar, que susurra un te echo de menos.
Sentada en la orilla, me estremezco... ¿el hipocentro? El corazón.

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