viernes, 9 de octubre de 2009

Café caliente, siempre solo, sin azúcar. Mermelada de fresa en la etiqueta. Olor a tortitas recién hechas. El Chocolate en un recipiente rojo. La nata, sin tapa, desnuda, dispuesta sobre una mesa. A su lado, un cuenco vacío.
La pequeña sobre el ocho, la grande sobre el doce. "Pi-pi" y, el sonido se pierde, se ahoga, en la tensión de la atmósfera. La puerta que no se abre, los pasos que no llegan...
Hoy tampoco amanece, él ha decidido marcharse.
-¿Buenos días?
-Por decir algo.

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