domingo, 20 de marzo de 2011

No es literatura. Sólo un desahogo.

- ¿Sabes? Aquí hay algo que no está bien. No sé que es exactamente pero no está bien. Le pregunto a la cordura, a la coherencia y al sentido y todos parecen ignorarme. Indiferencia como respuesta a todas mis cuestiones. ¿Qué ocurre? ¿Se trata de miedo? ¿Miedo a qué? No. No busques ni indagues. No sigo ninguna estrategia para ganar el juego y no anhelo desnudarte para vencer. ¿Mi arma hoy? Humildad como único escudo. Porque harta de no entender nada me he propuesto averiguar y toda postura es bienvenida. ¿Ves esa casa? Es el punto donde convergen la música, la voz de denuncia, el teatro, la poesía y el deseo de un mañana mejor. Y... ¿sabes qué sucede? Que es ilegal. Tres metros más atrás, en Antón Martín, el Samur pregunta si el enfermo en cuestión tiene pinta de vagabundo. De esa respuesta depende la atención sanitaria que [no] va a recibir. De la ambulancia nadie sabe nada. La población Saharaui, pueblo no reconocido por ningún país europeo, se desangra y tras 35 años de lucha por la vía legal empieza a plantearse la guerra como única opción. Mientras tanto, Francia apoya a Marruecos y España se compromete a enviar tropas a Libia. Sí, a Libia, al mismo país que armó. En Tirso de Molina, dos guitarras como banda sonora despiertan a la sonrisa. ¿Cuánto tiempo tendremos para disfrutarlas? ¿Dónde quedó la libertad de expresión? Nosotros somos música, ¿cómo negarnos a nosotros mismos? Cada latido, cada paso, ¿qué es sino ritmo? Nuestras palabras, ¿qué son sino versos? Las decisiones son del pueblo pero la calle es silenciada sin voz ni sitios donde encontrarse. ¿Qué está pasando? - ... - Yo creía en los derechos y en la libertad.

2 comentarios:

  1. :O
    Lo entendí, y lo mejor de todo: lo comprendí y lo hice parte de mi :)

    ResponderEliminar
  2. todo lo que nos rodea es música.
    solo hay que pararse a escucharla
    pero pocos lo hacen.
    cada dia me sorprenen y me gustan mas tus entradas sabeloide.

    ResponderEliminar